Lo peor está por llegar. Al menos eso es lo que advirtió el director de investigación del Fondo Monetario Internacional (FMI), Pierre Olivier Gourinchas, tras el anuncio de que en el 2023 el mundo sentirá los efectos de una recesión tras crecer un 2,7 %, por debajo del 3,2% previsto para este año, pero aún mucho más distante del 6% del 2021.
Latinoamérica crecerá más que la media este año pero se resentirá en 2023
Esta desaceleración no solo afectaría los ingresos fiscales, sino la dinámica empresarial con una repercusión en la economía y lo hogares. El vaticinio que han hecho el FMI y otras firmas financieras no es nerviosismo. “La fuerte subida de la inflación y de las tasas de interés generan una realidad que llama a actuar, llama a prepararse”, reconoció a Diario EXPRESO Mauricio Peña, director ejecutivo de la Asociación de Empresas de Compra Programada.
El escenario económico es complejo, hay precios altos (inflación), lo que ha llevado a los bancos centrales a subir las tasas de interés para que sea más caro el financiamiento y así, por ejemplo, las personas usen menos sus tarjetas de crédito. El fin es abaratar los productos, y eso se consigue cuando los negocios ofrecen más descuentos en el intento de reanimar las ventas.
La recesión, entendida como un decrecimiento de la actividad económica, es motivada en parte por el conflicto entre Rusia y Ucrania. El efecto en las empresas implicará menos ventas y producción; por lo tanto para los ciudadanos significará más desempleo, señaló el analista económico Jorge Calderón.
Un síntoma de lo que sucede en nuestra economía, agregó, es el menor monto de remesas; el dinero que mandan los migrantes al país en segundo trimestre del 2022 creció 6,7 %, cuando en el primer trimestre del mismo año fue de 19,7 %, según el Banco Central de Ecuador (BCE).
Pero más allá de las políticas económicas que el Gobierno de Ecuador deberá adoptar es importante que los ciudadanos sepan qué hacer para minimizar los efectos de la recesión en su bolsillo. Expertos consultados por EXPRESO indican las acciones que los ciudadanos deben aplicar. Es el momento, dicen, de hacer un alto a los gastos hormigas, que son las golosinas que se compran; se estima que una persona destina más o menos un 15% de su salario en este tipo de egresos, la meta debe ser bajarlo a un 5 %, mencionó Esteban Correa, subgerente comercial de la cooperativa de ahorro y crédito Andalucía.